Abandonar la resistencia al cambio y enamorarnos de la incertidumbre


"Llega un momento en que es necesario  abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía. Y, si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos". Fernando Pessoa


Una gran diferencia entre los niños y los adultos es la actitud frente al cambio. Los niños siempre quieren evolucionar y a los adultos nos asusta la incertidumbre, de ahí que nos aferremos a lo conocido, aunque muchas cosas nos causen dolor o malestar. Y es entonces, cuando no queremos evolucionar, que empezamos a morir lentamente y aparece el sufrimiento.

La resistencia al cambio se genera principalmente de dos maneras: cuando sabemos que debemos tomar la decisión de modificar algo de nuestra vida pero no somos capaces de hacerlo por miedo a las consecuencias inciertas que ello traerá; y cuando ocurre algo de forma inesperada que nos obliga a hacer transformaciones drásticas. En los dos contextos, el miedo al cambio surge de la misma causa: nuestra necesidad de tener certeza.

Ante la incertidumbre, los seres humanos buscamos justificar, entender y explicar todo para sentirnos seguros. Por esta razón permanentemente planeamos, hacemos suposiciones y juicios de valor, y reaccionamos en contra de lo que consideramos una amenaza. Este hábito ha sido fundamental para la evolución de la especie humana, asegurando que tengamos recuerdos emocionales de lo que nos pone en peligro y así ser más inteligentes en las elecciones frente a la supervivencia. Sin embargo, estos recuerdos y juicios emocionales también son guías defectuosas para la forma como enfrentamos el presente: cuando la realidad es diferente a la que planeamos, inmediatamente hacemos un juicio de valor negativo y nos resistimos a aceptarla; sin embargo, como no tenemos la capacidad de controlar muchas variables, lo único que esa resistencia genera es sufrimiento, el cual en muchos casos llega hasta el punto de desdibujar el sentido de la vida. Esa resistencia nos impide experimentar el momento presente y, por tanto, enfrentar la situación de la  forma más óptima. Los juicios siempre son producto de un pasado que se añora o de un futuro que se anhela y que ha sido creado por nosotros para predecir el devenir. Sufrimos cuando nos identificamos con un punto de vista y éste está en desacuerdo con la única realidad posible que es la que vivimos hoy.

Por ello es fundamental ser conscientes de que el cambio es inevitable, y de que lo único certero en la vida es la incertidumbre. Pese a ello, tenemos una capacidad especial para enfrentar esa realidad: la libertad de aceptar la falta de control y entender que sí podemos cambiar la forma como interpretamos y valoramos la situación. Chopra explica muy bien esto:

Haciendo una analogía con el mar, en la vida a veces la marea está alta y otras veces en calma, y los seres humanos, aunque lo intentemos, no tenemos la capacidad de controlar del curso del mar. Y "si usted es un surfista experto, cada ola es una aventura emocionante, o por lo menos, una oportunidad de aprender algo nuevo. Si nunca ha aprendido a hacer surf, cada ola es un desastre potencial aterrador". Por endeno es el cambio en sí, sino la forma como  lo juzgamos, “es nuestro pensamiento y la historia que nos contamos a nosotros mismos acerca de un evento (…) lo que crea el malestar emocional”. De tal forma que la realidad externa responde al estado interior de la persona que la vive.

Las claves de la vida son la aceptación y el optimismo. La aceptación, el optimismo y tener nuestra mente en el momento presente, permiten despertar nuestra creatividad para resolver de la mejor forma los sucesos que el presente incierto nos va presentando.  Todas las situaciones, por complejas que sean, pueden permitirnos ser mejores. A todas las situaciones se les puede construir un sentido, siempre que dejemos de preguntarnos el porqué del cambio y empezemos a construir, desde la aceptación y el optimismo, el para qué. Si la historia que nos contamos se basa en la aceptación y el optimismo, las consecuencias de nuestras decisiones se vivirán de manera tranquila, y de esa forma abandonaremos la actitud de víctima y asumiremos una mayor responsabilidad frente a nuestra vida.

La invitación es entonces a enamorarnos de la incertidumbre. Aceptar que no sabemos cuál será el desenlace de los eventos. Eso nos permite abandonar la angustia que nos genera el deseo de  controlar todas las variables y aprender a aceptar la vida como vaya llegando, manteniendo un adecuado control sobre las expectativas y juicios de valor para evitar vivir en una eterna decepción.

Ejercicios:

  • Gratitud. Concentrarse en lo que se tiene y no en lo que hace falta.
  • Dejar de preguntarnos por qué pasan las cosas para empezar a preguntarnos para qué. Esto nos permite construir sentidos que nos proveen mayor bienestar.
  • No hacer juicios. Las cosas no son buenas o malas. Hacer consciente que ese calificativo lo damos nosotros y responde a nuestro estado interior.
  • Vivir el presente. La meditación y la respiración consciente juegan un papel fundamental en ello.  

Sara


2 comentarios:

  1. http://www.hinduwebsite.com/maya.asp

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    1. Al comprender como funciona el cerebro podemos entender por que a los adultos el cambio es difícil.
      PRIMERO: se nace con una programación original del programador. todo el cuerpo tiene la información correcta para su desarrollo. Al comienzo una fuerza nos guía, es una fuerza NEUTRA.
      SEGUNDO: a medida que se va creciendo la programación original se le modifica por temores y exceso de amor de los padres (protección),
      TERCERO : esta modificación elimina poco a poco el neutro y nos convierte en duales. lo bueno y la malo, me gusta no me gusta.Entonces la mente o cerebro quiere repetir lo que le gusta y nos ahuyenta de lo que no le gusta. Lo que no reconoce nos asusta, nos da miedo porque el cerebro no lo reconoce. Es en este proceso donde las limitaciones se forman. Aparece el sufrimiento y la alegría
      En un estado dual es difícil cambiar pues no hay claridad entre lo que me gusta y lo que no. El neutro o observador esta desactivado.
      La naturaleza le ha dado a toda su creacion un circuito de proteccion . Hay algo dentro o fuera que en casos extremos de supervivencia sale para que pueda sobrevivir sin importar el otro . Esto ocurre naturalmente. Pero en el hombre es un poco diferente pues mi sobre vivencia es posible si hay otro hombre. Por eso el cuento de Adan y Eva.
      Con referencia a las olas del mar lo importante es poder ser cocientes de que hay olas grandes y olas pequeñas. Esta conciencia es la trinidad, es despertar ese neutro que lo apagamos en nuestra infancia. Que es el que pregunta ? donde se encuentra esa parte que pregunta y nos cuestiona? Es el neutro, es la parte que no se deja llevar por los placeres que matan o por los temores que nos limitan.
      En breve: miremos con nuevos ojos todo lo que nos da miedo o no nos gusta. Y preguntemos nos : Por que no me gusta y por que le tengo miedo? Una respuesta llegara pronto pero no cuestionemos la respuesta pues ese cuestionar es el ego. Es la eterna dualidad, dejemos a un lado ese cuestionar y simplemente ..............


      .

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