Mindfulness en el día a día

“La meditación no es dejar la mente en blanco, sino aprender a ver y a vivir las cosas tal y como son”
- Jon Kabat-Zinn

Empecemos por observar durante el día nuestras sensaciones corporales, emociones y pensamientos recurrentes. Identifiquemos qué pensamientos anteceden alguna emoción fuerte, por lo general son automáticos y no alcanzamos a ser conscientes de ellos; tomemos nota de cómo reaccionamos ante las emociones y qué sensación corporal nos queda después de reaccionar o si no reaccionamos en absoluto. Si estamos acostumbrados a reacciones fuertes es probable que se nos haga normal experimentar emociones intensas, nos sentimos encartados por no saber qué hacer con ellas e intentamos expulsarlas de nosotros de forma desproporcionada.

Esta costumbre es un aprendizaje previo. Como todo aprendizaje, resulta de una serie de circuitos neuronales que funcionan como el camino más conocido entre el pensamiento y la acción. Practicar Mindfulness implica un aprendizaje que será resultado de nuevos circuitos neuronales, y, como cualquier aprendizaje, tomará tiempo. No debemos perder la calma ni sentirnos mal si no vemos resultados en un corto plazo, debemos estar con la mente abierta, trabajar la aceptación y comprender que un proceso de aprendizaje es difícil, lento y requiere esfuerzo, así evitamos sentirnos frustrados y abandonar el ejercicio por la urgencia de ser distintos. A veces buscamos una razón válida para hacer un cambio y no la vemos, porque la razón del cambio está en el cambio mismo, no nos damos cuenta hasta que no está hecho. Los cambios llegan en el momento menos esperado y sin darnos cuenta. No nos levantamos un día y decimos: “Ay! Cómo cambié desde anoche˝, pero sí nos encontramos un día en cualquier situación cotidiana y decimos: “Ay! Cómo he cambiado. Hace un año habría reaccionado distinto”, y es esta sensación el sentido de cualquier cambio y la gratificación a todo nuestro esfuerzo y paciencia.

Se ha comprobado que con el tiempo, la práctica de Mindfulness: a) incrementa la actividad del lóbulo frontal, aumentando la concentración, favoreciendo el control de impulsos y facilitando el estado de calma; b) estimula la función del sistema límbico, favoreciendo la memoria, la autoncociencia y la empatía, incrementando sensaciones positivas y disminuyendo la sensación de miedo; c) estimula la función del hipotálamo, controlando la tensión arterial y el ritmo cardíaco, y aumentando la producción de serotonina; y d) mejora la respuesta inmune disminuyendo significativamente síntomas médicos como dolores crónicos, tensión muscular, dolores de cabeza, problemas intestinales, enfermedades respiratorias, entre otras. Además funciona como medida preventiva ante trastornos de ansiedad y depresión, aumenta la creatividad y la gestión saludable de emociones, y ayuda a conciliar el sueño.

Además del proceso de observación, ensaya concentrándote únicamente en la actividad que estés realizando en cada momento del día. Por ejemplo:

  • Si estás desayunando, sólo desayuna. No leas el periódico, no te metas a Facebook, no leas correos, no mires la agenda, no te distraigas con pensamientos inútiles. Desayuna. Mastica lentamente, disfruta los sabores. Si estás con alguien comparte ese momento del día de la mejor manera, conversa, di lo rico que está el desayuno, saboréate ese momento con todas las variables que lo compongan, en total plenitud.

  • Mientras vas de un lugar a otro concéntrate en las calles que recorres, mira a tu alrededor, piensa en lo bueno del clima, admira los árboles, percibe a las personas que pasan a tu lado. Date cuenta.

  • Si estás en la fila de un banco no te desesperes. Hay tiempo para todo. Observa. Mira a las personas, describe tus sensaciones corporales. Imagina cosas que te hagan sentir bien. 

  • Si estás hablando con alguien escúchalo, míralo, y si puedes aportar a su bienestar de otra manera, hazlo. No dejes que el sonido de un mensaje nuevo te atrape. El tiempo que le dediques a esa conversación es tiempo para ti. Las buenas relaciones son indispensables para una buena vida.

   En todo momento, sea cual sea la situación, estés haciendo lo que estés haciendo, respira y concéntrate en el presente, si no es bueno ya pasará pero si no estás presente no podrás obtener provecho, si es bueno también pasará entonces disfrútalo. Y siempre, sea o no demasiado cómodo, el presente es todo lo que tienes.

    Alicia



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